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Campo y Cultivo

“El tabaco de SIJARA se cultiva y procesa en el estado de Campeche, zona privilegiada para la producción agrícola, bendecida con abundante agua, luz, nutrientes y, sobre todo, comunidades trabajadoras, innovadoras y fieles a la tradición del tabaco. En SIJARA, estamos convencidos de que la armonía entre la técnica y la naturaleza es la clave para elaborar productos de la mejor calidad”.

Preparación de las semillas: 

El proceso comienza en marzo con la implantación de la semilla en bandejas en las que se nutren y preparan para desarrollarse plenamente. Mientras tanto, las parcelas adquieren las características idóneas, siempre con apoyo de la tecnología.

 

Trasplante:

En un plazo de seis a diez semanas, a finales de mayo e inicios de abril,  las semillas se han transformado en pequeñas plantas que pueden ser ubicadas en las parcelas. Ahí, con temperatura, iluminación y clima controlados adquieren la protección y la solidez necesarias para crecer gradualmente y evitar las plagas. Las pequeñas plantitas crecen rápidamente. En sólo semanas pasan de unos centímetros a dos metros de altura. Las labores de cuidado son muy intensas.

 

Cuidados:

Los detalles lo son todo. Por ejemplo, el drenado tiene que ser muy eficiente, pues las raíces de las plantas necesitan buena oxigenación. Igualmente, el tabaco es frágil en bajas temperaturas, lo ideal es que se mantenga en todo momento por arriba de los 19° centígrados. La alcalinidad del suelo debe rondar entre el 5 y el 6.5 de ph. Se tiene que vigilar muy de cerca la salinidad. El exceso de minerales puede provocar que las hojas no crezcan lo suficiente. 

El abonado es crucial para lograr una cosecha exitosa. Las plantas son enriquecidas con nitrógeno, que acelera la producción de nicotina, nitratos y amoníaco. El fósforo fortalece las hojas y propicia la maduración. El potasio,  el calcio y el magnesio, en cantidades adecuadas, les aportan la capacidad de combustión. 

Alrededor de dos meses después del trasplante, se hace el despunte, con el cual se propician cambios químicos que permiten llegar a la meta. Es el tiempo de la inflorescencia, es decir, cuando las plantas producen las flores en la punta del tallo.

La ciencia nos ha dado información sobre los cuidados que requieren las especies de tabaco y la tecnología nos permite crear los entornos idóneos. Es así como le damos un empujoncito a la naturaleza, para disfrutar de esta planta.

 

Cosecha:

Con el cuidado continuo y amoroso de los campesinos mexicanos, las plantas de tabaco alcanzan el tamaño perfecto para la cosecha, según el tipo que se quiere producir. Así, por ejemplo, la modalidad Burley requiere tres meses de crecimiento, mientras que la variante Virginia alcanza su madurez en cuatro meses.

 

Llegado el momento, ya casi en otoño, comenzará la cosecha, en los ritmos marcados por la naturaleza, apoyada muy de cerca con la tecnología y la ciencia.