Proceso Primario

El proceso da comienzo con la adición de tabaco en una secuencia determinada, para ser preparado en los términos de temperatura y humedad óptimas que se requieren, a la par de este acondicionamiento y dependiendo del tipo de tabaco se agregan ingredientes naturales que tienen la función de potenciadores del sabor y aroma de la bocanada. Cabe resaltar que, a algunas variedades de tabaco el único ingrediente adicional que les es añadido es agua.

Una vez completado en su totalidad el proceso de acondicionado del tabaco, este es depositado en silos de mezcla de hoja para dejarlo reposar y conseguir su homogeneización después de estar en los silos de mezcla por un tiempo determinado.

Después de reposar y tener el tabaco en una proporción más homogénea, pasa posteriormente al proceso de picado, en el cual el tabaco adquiere las dimensiones y la forma de hebra necesarias para iniciar con la elaboración de cigarrillos.

El tabaco, una vez picado, pasa por la etapa de secado, donde una vez más es modificado su grado de humedad hasta conseguir el nivel idóneo para su empacado y garantizar su estabilidad, frescura y conservación.

Una vez conseguido el nuevo ajuste de humedad en el tabaco, le son aplicadas esencias que contribuyen al igual que los ingredientes naturales en el balance, sabor y aroma de cada bocanada.

Completado lo anterior y previo a su empaque, la hebra de tabaco es almacenada nuevamente en silos y se deja reposar una segunda vez. 

Habiendo sido empacada la hebra de tabaco, es almacenada bajo condiciones controladas de humedad y temperatura, lista para ser enviada al proceso secundario.